Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible
Actualmente el sector agrícola enfrenta varios desafíos: crecimiento demográfico, concentración de la población en áreas urbanas y aumento de los ingresos de los familias. Estos factores seguirán incrementando la demanda de productos alimenticios y presionando a este sector. Aunque haya alimentos suficientes para todo el mundo, no todos pueden permitirse comprarlos. Según la ONU, la pobreza extrema y el hambre afectan principalmente a las zonas rurales cuya población depende directa o indirectamente de la agricultura, la ganadería, la pesca o la silvicultura como fuentes de ingresos y alimento.
La erradicación de la pobreza extrema y el hambre fue uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio entre 2000 y 2015. Aunque la evolución fue positiva, para la Agenda 2030 se consideró necesario expandir las metas de este objetivo y adoptar un enfoque más sistémico.
Por lo tanto, el ODS 2 integra y conecta diferentes dimensiones: poner fin al hambre y mejorar la nutrición; alcanzar la seguridad alimentaria; y promover una agricultura sostenible y resistente al clima. Además de la fuerte conexión con la pobreza, el ODS 2 está relacionado también con la salud, el cambio climático, la igualdad de género, el trabajo, la degradación del suelo, la escasez de agua, la producción de biocombustibles y la desigualdad.
La inversión y la innovación deberían desempeñar un papel crucial en incrementar la producción agrícola sostenible, mejorando la cadena de suministro global, disminuyendo las pérdidas y el desperdicio de alimentos y garantizando el acceso permanente a alimentos seguros, nutritivos y suficientes para todas las personas. También los gobiernos desempeñan un papel importante en garantizar la coherencia política, especialmente en lo que respecta a la Política Agrícola Común, y en desarrollar políticas para apoyar la agricultura a pequeña escala.
La educación, principalmente la formación profesional, es fundamental para aumentar la productividad agrícola, adquirir conocimientos, habilidades y competencias, fomentar la investigación y la innovación en el sector agrícola, facilitar el acceso a las tierras, créditos y servicios de desarrollo empresarial y mejorar las condiciones del empleo en el medio rural.